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Descriptor de cargo: Subsecretario del Ministerio de Economía

Propósito

El Subsecretario del Ministerio de Economía tiene como propósito liderar la implementación de políticas públicas que promuevan el desarrollo económico, la competitividad y la modernización del aparato productivo del país. Su rol es clave para articular la acción del Ministerio con otros organismos públicos y actores estratégicos, asegurando eficiencia institucional, alineamiento político-técnico y generación de impacto en la economía nacional.

Descripción general

El Subsecretario del Ministerio de Economía es un cargo del nivel Dirección Institucional, con rol de gestor de equipos, y corresponde a un cargo crítico dentro del aparato estatal. Pertenece a la función de Dirección Estratégica, la cual está clasificada como función clave del negocio. El cargo reporta directamente al Ministro de Economía, Fomento y Turismo.

Sus responsabilidades se distribuyen en un 80% de actividades estratégicas, un 20% de actividades tácticas y sin dedicación a actividades operativas. Su labor combina liderazgo político-técnico, coordinación interinstitucional, supervisión de servicios públicos y representación del Ministerio ante actores clave del ecosistema económico nacional e internacional.

Contribuye directamente al diseño e implementación de políticas públicas de alto impacto, influenciando el desarrollo económico y la competitividad del país. Su alcance organizacional se extiende a nivel nacional, articulando a múltiples servicios públicos y representando al Ministerio ante instancias legislativas, gremiales e internacionales de relevancia estratégica.

Complejidad e impacto

Profundidad de conocimiento

Conocimiento funcional: El Subsecretario requiere un dominio profundo de políticas públicas, economía, gestión pública y marcos regulatorios. Este conocimiento se basa en formación de postgrado y una trayectoria sólida en el diseño e implementación de políticas económicas. Se espera que integre saberes técnicos, legales y políticos para liderar iniciativas que impactan al conjunto del aparato productivo nacional.

Conocimiento del negocio: Debe poseer un entendimiento integral del funcionamiento del Estado, del aparato productivo y del contexto económico nacional e internacional. Este conocimiento es esencial para anticipar impactos, formular propuestas coherentes con las prioridades del gobierno y coordinar acciones con actores estratégicos del sector público, privado y sociedad civil.

Desafío

Resolución de problemas: Enfrenta desafíos de alta complejidad, que requieren abordar problemas abiertos, con múltiples variables e intereses en juego. Debe evaluar escenarios económicos, sociales y políticos, equilibrando criterios técnicos con consideraciones estratégicas y de gobernabilidad. Su capacidad para proponer soluciones innovadoras y viables es crucial para el éxito del Ministerio.

Liderazgo: Ejercita un liderazgo institucional de alto nivel, coordinando equipos políticos, técnicos y administrativos. Su rol implica inspirar, alinear y movilizar a distintos servicios públicos bajo la dependencia del Ministerio, promoviendo coherencia, efectividad y cumplimiento de objetivos estratégicos nacionales.

Comunicación: Debe comunicar de forma clara, persuasiva y estratégica, adaptando su mensaje a públicos diversos como parlamentarios, gremios, medios de comunicación y organismos internacionales. La comunicación efectiva es clave para construir alianzas, generar legitimidad y sostener procesos de cambio en contextos de alta visibilidad pública.

Influencia

Autonomía: Opera con alta autonomía en la toma de decisiones estratégicas, dentro del marco de lineamientos presidenciales y ministeriales. Se espera que defina prioridades, proponga normativas y coordine acciones con servicios públicos y stakeholders, ejerciendo un criterio propio basado en evidencia técnica y visión política.

Forma del impacto: Influye directamente en la formulación y ejecución de políticas públicas que afectan el desarrollo económico del país. Su impacto se manifiesta en la calidad de las regulaciones, programas de fomento, coordinación institucional y cumplimiento de metas estratégicas que orientan la acción del Estado en materia económica.

Alcance del impacto: Su impacto abarca a toda la estructura del Ministerio, servicios públicos dependientes, y a actores clave del ecosistema económico nacional e internacional. Las decisiones que lidera afectan a múltiples sectores productivos, regiones del país y a la ciudadanía en general, con un enfoque de alto alcance e implicancias de largo plazo.

Responsabilidades

Actividades operativas (0%)

No aplica para este cargo.

Actividades tácticas (20%)

Actividades estratégicas (80%)

Requisitos

Formación y experiencia

Conocimientos

Conocimientos clave:

Conocimientos deseables:

Capacidades personales

Competencias

Competencias clave:

Competencias deseables:

Otros

Interacciones

El Subsecretario del Ministerio de Economía mantiene coordinación permanente con otras subsecretarías, divisiones técnicas, asesores del ministro y entidades dependientes para el diseño y ejecución de políticas públicas. Externamente, se relaciona con organismos internacionales, representantes de gremios, actores del sector productivo y entidades reguladoras, participando en negociaciones, presentaciones institucionales y acuerdos estratégicos de alto nivel.

Evaluación de desempeño

Criterios de evaluación

Ejemplos de indicadores medibles

Información laboral & administrativa

Guía de preguntas y respuestas

Para este cargo se propone una entrevista basada en logros. El candidato deberá presentar entre 3 y 5 logros relevantes, describiendo la complejidad del problema enfrentado, los desafíos de liderazgo y comunicación, el grado de autonomía con que actuó y el impacto generado en la organización.

Descripción de logros

1. Complejidad del problema:

Grado de dificultad, ambigüedad o novedad del problema enfrentado, considerando múltiples variables e impactos organizacionales.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo abordó una crisis económica o desafío interministerial, evaluando múltiples escenarios regulatorios y socioeconómicos para coordinar respuestas públicas con fuerte impacto nacional.

2. Desafío de liderazgo:

Nivel de influencia, coordinación y movilización de personas o equipos requeridos para avanzar hacia una solución efectiva.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo lideró equipos técnicos y coordinó servicios públicos bajo su dependencia, impulsando políticas de desarrollo productivo, innovación y modernización institucional con visión estratégica.

3. Desafío de comunicación:

Esfuerzo necesario para alinear intereses, persuadir actores clave y facilitar decisiones en contextos diversos o con información sensible.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo representó al Ministerio en negociaciones ante gremios, Congreso o entidades internacionales, articulando posiciones técnicas y políticas para influir decisiones en entornos exigentes.

4. Grado de autonomía:

Nivel de independencia en el análisis, decisión y ejecución, sin necesidad de supervisión directa o validaciones jerárquicas constantes.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo lideró iniciativas de política pública con alta autonomía, gestionando recursos, equipos y decisiones estratégicas con responsabilidad directa ante el Ministro y actores clave.

5. Impacto organizacional:

Manera en que la acción realizada transformó estructuras, procesos o decisiones, modificando el funcionamiento o dirección de la organización.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo sus decisiones generaron transformaciones en el aparato público, fortalecieron programas de desarrollo económico y mejoraron la coordinación institucional en áreas críticas del Estado.

Demanda cognitiva del cargo

Este análisis se basa en la aplicación estructurada de modelos científicos reconocidos en psicología cognitiva, especialmente el modelo CHC (Cattell–Horn–Carroll), que clasifica las capacidades mentales en seis dominios estables y medibles para describir la demanda cognitiva del trabajo: Inteligencia Fluida (Gf), Inteligencia Cristalizada (Gc), Memoria de Trabajo (Gwm), Velocidad de Procesamiento (Gs), Capacidad Visoespacial (Gv) y Memoria a Largo Plazo y Recuperación (Glr).

Estas capacidades permiten describir con precisión los procesos mentales que requiere el ocupante de un cargo para enfrentar distintos tipos de desafíos intelectuales que demanda el rol, desde la resolución de problemas inéditos hasta la retención eficiente de información, el análisis verbal complejo o la integración de aprendizajes previos.

Las demandas cognitivas se organizan en tres niveles de relevancia para el cargo: capacidades clave, complementarias y no relevantes. Una capacidad clave es esencial para cumplir con las exigencias cognitivas del rol; su nivel requerido será Medio, Medio-alto o Alto, en función del grado de desafío identificado. Una capacidad complementaria no es imprescindible, pero puede potenciar el desempeño en ciertos contextos laborales o tareas específicas, y niveles bajos podrían representar una limitación bajo presión o carga elevada. Por último, una capacidad no relevante tiene bajo o nulo impacto directo en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar el funcionamiento general si interactúan con otras debilidades del entorno o del rol.

Perfilamiento del ocupante del cargo

Este perfilamiento está basado en el modelo de personalidad Big Five, reconocido globalmente por su solidez científica y su capacidad para predecir el desempeño en distintos entornos laborales. La evaluación se realiza considerando 10 rasgos que componen los cinco factores principales de la personalidad: Apertura, Responsabilidad, Amabilidad, Extraversión y Neuroticismo.

La apertura en 10 rasgos permite una mayor precisión y profundidad en la definición de los requisitos intelectuales, conductuales y emocionales del ocupante del cargo, al capturar matices como el estilo de pensamiento, la forma de relacionarse, la organización personal o la respuesta ante la presión. Además, facilita distinguir cuáles rasgos son más estables y cuáles presentan mayor maleabilidad, lo que resulta clave tanto para la selección como para el desarrollo y la gestión del talento.

Los requisitos del perfil se organizan en torno a cuatro niveles de relevancia para el cargo: rasgos clave, complementarios, acotados y no relevantes. Un rasgo clave es esencial para el éxito en el cargo y determina la capacidad del ocupante para cumplir con las exigencias del rol; su intensidad requerida será Media, Media-Alta o Alta. Un rasgo complementario no es estrictamente necesario, pero potencia el desempeño en ciertas situaciones del rol. Un rasgo acotado puede estar presente, pero controlado, ya que niveles altos podrían generar desalineación con el cargo. Por último, un rasgo no relevante tiene bajo o nulo impacto en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar indirectamente ciertas conductas básicas de funcionamiento laboral, por lo que no deben ser descartados sin análisis contextual.

Ajuste a la cultura organizacional

La cultura organizacional se expresa como un entorno estable, cooperativo y orientado al servicio colectivo. Las relaciones laborales se fundamentan en la confianza interpersonal, el respeto por los procesos y la búsqueda del bien común. El liderazgo se ejerce desde la cercanía operativa, promoviendo estructuras claras y decisiones consensuadas. El trabajo cotidiano se caracteriza por la continuidad institucional, el acompañamiento mutuo y la contención emocional, dentro de una lógica que combina cohesión grupal y cumplimiento estructurado.

Esta organización se orienta con claridad hacia misiones compartidas y el impacto colectivo, dejando en segundo plano los logros personales o la ambición individual. La necesidad de orden, previsibilidad y control domina ampliamente sobre la apertura al cambio o la innovación disruptiva. El entorno laboral prioriza generar experiencias positivas y bienestar en el trabajo, por sobre la rigidez normativa, manteniendo una actitud amable pero flexible respecto al cumplimiento estricto de reglas. En el plano relacional, se privilegia la integración al equipo y la armonía grupal, más que la expresión personal sin restricciones. Este patrón cultural favorece a personas comprometidas, cooperativas y emocionalmente estables, capaces de sostener vínculos consistentes y orientarse al servicio público con disposición afectiva y responsabilidad institucional.

Para caracterizar al individuo que encarna esta cultura, se emplea el marco de los valores de Schwartz, un conjunto de principios universales que reflejan aquello que una persona valora, privilegia y considera importante al tomar decisiones y relacionarse en el trabajo. Precisar el nivel de cada valor permite traducir la dinámica cultural descrita en pautas de comportamiento concretas, desde la visión organizacional hasta el perfil personal que la representa.

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