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Descriptor de cargo: Gerente Técnico de Seguros

Propósito

El Gerente Técnico de Seguros tiene como propósito liderar la evaluación y gestión técnica del portafolio de seguros generales, definiendo políticas de riesgo y asegurando el cumplimiento normativo y la calidad técnica de las suscripciones. Su labor impacta directamente la sostenibilidad financiera de la compañía, al garantizar una correcta asunción de riesgos y fortalecer la posición competitiva frente al mercado y los reaseguradores, contribuyendo así al cumplimiento de los objetivos estratégicos del negocio asegurador.

Descripción general

El Gerente Técnico de Seguros es un Gerente Senior, con rol de gestor de equipos, y corresponde a un cargo crítico para la organización. Pertenece a la función de Dirección Técnica de Seguros, clasificada como una función clave del negocio. El cargo reporta directamente al Director Técnico de Seguros Generales, quien a su vez reporta al Gerente General.

Sus responsabilidades se distribuyen en un 80% de actividades estratégicas y un 20% de actividades tácticas, sin dedicación a funciones operativas. Su labor integra la conducción de equipos técnicos, el diseño de políticas de riesgo, la supervisión de procesos de evaluación técnica y el relacionamiento con stakeholders clave, asegurando la excelencia técnica y la alineación con la estrategia de la organización.

El cargo contribuye al cumplimiento de los objetivos estratégicos mediante la definición de criterios técnicos que inciden directamente en la rentabilidad y sostenibilidad del negocio. Su impacto se extiende a nivel subfuncional, afectando el desempeño, recursos y decisiones clave de los equipos bajo su liderazgo, así como la posición técnica de la compañía en el mercado asegurador.

Complejidad e impacto

Profundidad de conocimiento

Conocimiento funcional: El Gerente Técnico de Seguros requiere un dominio experto en suscripción de riesgos, evaluación técnica y normativas del sector asegurador, complementado por conocimiento transversal en áreas como reaseguro, gestión de cartera y políticas regulatorias. Su expertise le permite establecer lineamientos técnicos, resolver situaciones atípicas y ser referente para otros especialistas, integrando conocimientos adquiridos tanto en formación académica como en trayectoria práctica de alta responsabilidad.

Conocimiento del negocio: El cargo exige una comprensión estratégica del modelo de negocio asegurador y de su entorno competitivo. El Gerente Técnico de Seguros analiza tendencias de mercado, cambios regulatorios y escenarios de riesgo, integrando esta visión para anticipar impactos en los resultados del portafolio. Su conocimiento permite tomar decisiones técnicas alineadas con la sostenibilidad financiera y la ventaja competitiva de la organización en el mediano y largo plazo.

Desafío

Resolución de problemas: El rol enfrenta problemáticas técnicas complejas que requieren el análisis de múltiples fuentes de información, criterios de evaluación dinámicos y decisiones con impacto financiero significativo. El Gerente Técnico de Seguros debe priorizar variables cambiantes, aplicar juicio experto y responder con soluciones efectivas ante contextos de alta incertidumbre, como siniestros atípicos, cambios regulatorios o eventos de riesgo acumulado que afectan la exposición de la compañía.

Liderazgo: El cargo lidera dos equipos técnicos compuestos por 10 profesionales, articulando su desempeño hacia metas comunes. Su liderazgo implica orientar, desarrollar y evaluar a los equipos, gestionando simultáneamente recursos técnicos y humanos. Además, influye en la cultura técnica y en la toma de decisiones clave de su subfunción, asegurando la alineación del trabajo con los estándares de calidad, eficiencia operativa y estrategia corporativa.

Comunicación: El Gerente Técnico de Seguros debe manejar una comunicación clara, técnica y persuasiva, adaptada a públicos internos y externos. Negocia con reaseguradores, presenta lineamientos ante el equipo técnico, y representa a la organización frente a entidades regulatorias. Su capacidad de comunicación asegura el entendimiento y la adhesión a las políticas técnicas, la alineación entre funciones y la credibilidad de la compañía en el entorno asegurador.

Influencia

Autonomía: Este cargo opera con alto grado de independencia en la definición de políticas, criterios técnicos y lineamientos estratégicos dentro de su ámbito. Toma decisiones que afectan directamente los resultados financieros y regulatorios de la aseguradora, sin requerir supervisión directa constante. Su nivel de autonomía se refleja también en la capacidad para anticipar desafíos y liderar iniciativas de mejora técnica a nivel subfuncional.

Forma del impacto: El impacto del rol es estratégico, ya que influye directamente en la rentabilidad, la exposición al riesgo y el cumplimiento normativo de la organización. A través del diseño de políticas técnicas, criterios de evaluación de riesgos y vínculos con reaseguradores, el Gerente Técnico de Seguros incide en decisiones que modelan la estructura del portafolio y determinan su sostenibilidad. Su asesoría es crítica para la toma de decisiones corporativas.

Alcance del impacto: El cargo tiene impacto sobre toda la subfunción de seguros generales, afectando los procesos técnicos, resultados económicos y alineación regulatoria de la compañía. Su liderazgo incide en el trabajo de los equipos a su cargo, pero también influye en áreas relacionadas como comercial, legal y financiera. Las decisiones tomadas desde este rol condicionan la operatividad y competitividad de productos y coberturas en el mercado nacional.

Responsabilidades

Actividades operativas (0%)

No aplica para este cargo.

Actividades tácticas (20%)

Actividades estratégicas (80%)

Requisitos

Formación y experiencia

Conocimientos

Conocimientos clave:

Conocimientos deseables:

Capacidades personales

Competencias

Competencias clave:

Competencias deseables:

Otros

Interacciones

El Gerente Técnico de Seguros interactúa regularmente con áreas internas como Comercial, Legal, Cumplimiento y Finanzas, para coordinar políticas técnicas, validar criterios de evaluación de riesgos y asegurar el alineamiento normativo y estratégico. Externamente, se relaciona con reaseguradores, entidades regulatorias y asociaciones del sector, representando a la compañía en negociaciones técnicas, revisiones regulatorias y foros especializados del mercado asegurador.

Evaluación de desempeño

Criterios de evaluación

Ejemplos de indicadores medibles

Información laboral & administrativa

Guía de preguntas y respuestas

Para este cargo se propone una entrevista basada en logros. El candidato deberá presentar entre 3 y 5 logros relevantes, describiendo la complejidad del problema enfrentado, los desafíos de liderazgo y comunicación, el grado de autonomía con que actuó y el impacto generado en la organización.

Descripción de logros

1. Complejidad del problema:

Grado de dificultad, ambigüedad o novedad del problema enfrentado, considerando múltiples variables e impactos organizacionales.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo abordó una situación sin precedentes en suscripción o cobertura, analizando variables técnicas, legales y estadísticas para establecer criterios o redefinir políticas de riesgo.

2. Desafío de liderazgo:

Nivel de influencia, coordinación y movilización de personas o equipos requeridos para avanzar hacia una solución efectiva.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo estructuró y lideró equipos técnicos y de evaluación, gestionando presupuestos y diseñando lineamientos estratégicos en suscripción y cumplimiento normativo.

3. Desafío de comunicación:

Esfuerzo necesario para alinear intereses, persuadir actores clave y facilitar decisiones en contextos diversos o con información sensible.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo articuló criterios técnicos complejos con otras áreas o con reaseguradores, facilitando acuerdos estratégicos y construyendo consensos internos ante temas técnicos controversiales.

4. Grado de autonomía:

Nivel de independencia en el análisis, decisión y ejecución, sin necesidad de supervisión directa o validaciones jerárquicas constantes.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo tomó decisiones tácticas clave en materias de cobertura o políticas de suscripción sin lineamientos directos, anticipando riesgos técnicos y reputacionales.

5. Impacto organizacional:

Manera en que la acción realizada transformó estructuras, procesos o decisiones, modificando el funcionamiento o dirección de la organización.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo su gestión redefinió prácticas de evaluación, mejoró el perfil de riesgo de la cartera o fortaleció la posición técnica de la compañía frente a reguladores y socios estratégicos.

Demanda cognitiva del cargo

Este análisis se basa en la aplicación estructurada de modelos científicos reconocidos en psicología cognitiva, especialmente el modelo CHC (Cattell–Horn–Carroll), que clasifica las capacidades mentales en seis dominios estables y medibles para describir la demanda cognitiva del trabajo: Inteligencia Fluida (Gf), Inteligencia Cristalizada (Gc), Memoria de Trabajo (Gwm), Velocidad de Procesamiento (Gs), Capacidad Visoespacial (Gv) y Memoria a Largo Plazo y Recuperación (Glr).

Estas capacidades permiten describir con precisión los procesos mentales que requiere el ocupante de un cargo para enfrentar distintos tipos de desafíos intelectuales que demanda el rol, desde la resolución de problemas inéditos hasta la retención eficiente de información, el análisis verbal complejo o la integración de aprendizajes previos.

Las demandas cognitivas se organizan en tres niveles de relevancia para el cargo: capacidades clave, complementarias y no relevantes. Una capacidad clave es esencial para cumplir con las exigencias cognitivas del rol; su nivel requerido será Medio, Medio-alto o Alto, en función del grado de desafío identificado. Una capacidad complementaria no es imprescindible, pero puede potenciar el desempeño en ciertos contextos laborales o tareas específicas, y niveles bajos podrían representar una limitación bajo presión o carga elevada. Por último, una capacidad no relevante tiene bajo o nulo impacto directo en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar el funcionamiento general si interactúan con otras debilidades del entorno o del rol.

Perfilamiento del ocupante del cargo

Este perfilamiento está basado en el modelo de personalidad Big Five, reconocido globalmente por su solidez científica y su capacidad para predecir el desempeño en distintos entornos laborales. La evaluación se realiza considerando 10 rasgos que componen los cinco factores principales de la personalidad: Apertura, Responsabilidad, Amabilidad, Extraversión y Neuroticismo.

La apertura en 10 rasgos permite una mayor precisión y profundidad en la definición de los requisitos intelectuales, conductuales y emocionales del ocupante del cargo, al capturar matices como el estilo de pensamiento, la forma de relacionarse, la organización personal o la respuesta ante la presión. Además, facilita distinguir cuáles rasgos son más estables y cuáles presentan mayor maleabilidad, lo que resulta clave tanto para la selección como para el desarrollo y la gestión del talento.

Los requisitos del perfil se organizan en torno a cuatro niveles de relevancia para el cargo: rasgos clave, complementarios, acotados y no relevantes. Un rasgo clave es esencial para el éxito en el cargo y determina la capacidad del ocupante para cumplir con las exigencias del rol; su intensidad requerida será Media, Media-Alta o Alta. Un rasgo complementario no es estrictamente necesario, pero potencia el desempeño en ciertas situaciones del rol. Un rasgo acotado puede estar presente, pero controlado, ya que niveles altos podrían generar desalineación con el cargo. Por último, un rasgo no relevante tiene bajo o nulo impacto en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar indirectamente ciertas conductas básicas de funcionamiento laboral, por lo que no deben ser descartados sin análisis contextual.

Ajuste a la cultura organizacional

La cultura organizacional se estructura en torno al rendimiento visible, la ambición profesional y la orientación a resultados medibles. El entorno de trabajo es dinámico, con espacios para la iniciativa personal y la innovación dentro de márgenes normativos definidos. Los liderazgos combinan exigencia con capacidad de respuesta estratégica, promoviendo estructuras de reconocimiento competitivo y mejora continua. Las relaciones laborales se articulan en función del cumplimiento de objetivos, con colaboración táctica, retroalimentación permanente y alta velocidad en la toma de decisiones.

Esta organización prioriza la proyección profesional y el desempeño individual por sobre la orientación a causas colectivas o misiones compartidas. Existe una fuerte disposición al cambio, la experimentación y la apertura a nuevos enfoques, con baja necesidad de previsibilidad estructural. El entorno combina de forma equilibrada la exigencia normativa con la búsqueda de condiciones de trabajo que generen compromiso sostenido. En el plano relacional, se privilegia el sentido de pertenencia y la integración al colectivo más que la expresión individual sin filtro. Este patrón configura un entorno propicio para personas ambiciosas, versátiles y comprometidas con el crecimiento, capaces de liderar desde la acción concreta, adaptarse con agilidad y fortalecer vínculos funcionales en contextos exigentes.

Para caracterizar al individuo que encarna esta cultura, se emplea el marco de los valores de Schwartz, un conjunto de principios universales que reflejan aquello que una persona valora, privilegia y considera importante al tomar decisiones y relacionarse en el trabajo. Precisar el nivel de cada valor permite traducir la dinámica cultural descrita en pautas de comportamiento concretas, desde la visión organizacional hasta el perfil personal que la representa.

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