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Descriptor de cargo: Ejecutivo de Atención de Siniestros

Propósito

Recibir, gestionar y cerrar oportunamente las denuncias de siniestros, asegurando una atención clara, eficiente y empática a los clientes, de acuerdo con los estándares definidos por la compañía.

Descripción general

Es un contribuyente individual del nivel Soporte Avanzado. No tiene personas a cargo, pertenece a la función de Soporte y forma parte del equipo de Gestión de Siniestros. Reporta al Supervisor de Siniestros Generales, quien a su vez reporta al Jefe de Atención de Siniestros.

Dedicado principalmente a tareas operativas (80%) y en menor medida a tareas tácticas (20%), su labor se centra en la correcta gestión de denuncias de siniestros, la coordinación de peritajes, la actualización de los sistemas y la atención continua al cliente.

Su impacto recae directamente sobre su equipo inmediato, contribuyendo a la efectividad y eficiencia operativa a través de la calidad, precisión y puntualidad de su trabajo.

Complejidad e impacto

Profundidad de conocimiento

Conocimiento funcional: Aplica conocimientos técnicos específicos en gestión de siniestros, adquiridos mediante formación formal y experiencia práctica. Utiliza procedimientos claramente definidos para analizar antecedentes, validar coberturas y ejecutar las acciones requeridas por protocolo. La correcta aplicación de estos conocimientos garantiza la fluidez del proceso y la minimización de errores que puedan afectar al asegurado o a la compañía.

Conocimiento del negocio: Comprende el rol que cumple su posición dentro del ciclo completo de atención de siniestros, y cómo su trabajo se conecta con áreas como comercial, legal y liquidadores externos. Ajusta su gestión para responder a los tiempos del negocio y a los estándares de servicio definidos por la compañía. Tiene una visión clara de los objetivos del área y cómo sus tareas contribuyen a ellos.

Desafío

Resolución de problemas: Resuelve problemas operativos dentro de marcos definidos, como ausencia de documentos, discrepancias menores en antecedentes o errores en la información entregada. Evalúa alternativas conocidas y aplica criterio técnico para decidir la acción más efectiva. Si bien no se enfrenta a dilemas complejos o estratégicos, debe actuar con precisión para mantener la continuidad del proceso y evitar retrocesos.

Liderazgo: No tiene responsabilidad formal sobre personas, pero entrega apoyo técnico y operativo a integrantes nuevos o con menor experiencia. Comparte buenas prácticas, responde consultas frecuentes y contribuye al aprendizaje colectivo del equipo. Su experiencia previa es una fuente informal de liderazgo operativo que ayuda a mantener el estándar de calidad y refuerza la colaboración interna.

Comunicación: Mantiene una comunicación clara, empática y profesional con clientes, equipos internos y externos. Transmite información compleja de manera comprensible y es capaz de gestionar objeciones con respeto. Su rol implica comunicar decisiones delicadas con sensibilidad y resolver dudas con dominio técnico. Esta habilidad es clave para mantener la reputación de la compañía y asegurar una experiencia satisfactoria para los usuarios.

Influencia

Autonomía: Actúa con un nivel moderado de autonomía dentro de los lineamientos del área. Resuelve casos habituales sin requerir aprobación, realiza ajustes menores al proceso y toma decisiones dentro de su marco de acción. Casos excepcionales o controversias son escalados a jefaturas. Esta autonomía le permite responder con agilidad sin comprometer el cumplimiento de políticas ni la calidad del servicio.

Forma del impacto: Su impacto se refleja en la precisión, velocidad y calidad con que resuelve los casos asignados. La información que entrega sustenta decisiones posteriores y afecta directamente la experiencia del cliente. Contribuye a la eficiencia del equipo y a la consistencia del servicio entregado. Su trabajo es un eslabón clave para que los procesos de siniestros fluyan correctamente en un contexto de alta trazabilidad.

Alcance del impacto: Influye directamente en el equipo inmediato de atención, afectando los tiempos de resolución, carga operativa y satisfacción del cliente. Si bien no lidera formalmente, su desempeño impacta a otros miembros del equipo y a los supervisores que dependen de información oportuna y bien procesada. Además, su interacción con asegurados contribuye a la percepción externa del servicio que entrega la compañía.

Responsabilidades

Actividades operativas (80%)

Actividades tácticas (20%)

Actividades estratégicas (0%)

No aplica para este cargo.

Requisitos

Formación y experiencia

Conocimientos

Conocimientos clave:

Conocimientos deseables:

Capacidades personales

Competencias

Competencias clave:

Competencias deseables:

No aplica para este cargo.

Otros

No aplica para este cargo.

Interacciones

Se relaciona principalmente con clientes, supervisores del área y peritos. Su comunicación se centra en mantener informadas a las partes involucradas, solicitar información y coordinar acciones necesarias para la tramitación de siniestros.

Evaluación de desempeño

Criterios de evaluación

Ejemplos de indicadores medibles

Información laboral & administrativa

Guía de preguntas y respuestas

Para este cargo se propone una entrevista basada en competencias. A continuación, se presentan las preguntas sugeridas para cada competencia identificada, junto con las expectativas de respuesta alineadas con los requerimientos del rol.

Competencias clave

Competencias deseables

No aplica para este cargo.

Demanda cognitiva del cargo

Este análisis se basa en la aplicación estructurada de modelos científicos reconocidos en psicología cognitiva, especialmente el modelo CHC (Cattell–Horn–Carroll), que clasifica las capacidades mentales en seis dominios estables y medibles para describir la demanda cognitiva del trabajo: Inteligencia Fluida (Gf), Inteligencia Cristalizada (Gc), Memoria de Trabajo (Gwm), Velocidad de Procesamiento (Gs), Capacidad Visoespacial (Gv) y Memoria a Largo Plazo y Recuperación (Glr).

Estas capacidades permiten describir con precisión los procesos mentales que requiere el ocupante de un cargo para enfrentar distintos tipos de desafíos intelectuales que demanda el rol, desde la resolución de problemas inéditos hasta la retención eficiente de información, el análisis verbal complejo o la integración de aprendizajes previos.

Las demandas cognitivas se organizan en tres niveles de relevancia para el cargo: capacidades clave, complementarias y no relevantes. Una capacidad clave es esencial para cumplir con las exigencias cognitivas del rol; su nivel requerido será Medio, Medio-alto o Alto, en función del grado de desafío identificado. Una capacidad complementaria no es imprescindible, pero puede potenciar el desempeño en ciertos contextos laborales o tareas específicas, y niveles bajos podrían representar una limitación bajo presión o carga elevada. Por último, una capacidad no relevante tiene bajo o nulo impacto directo en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar el funcionamiento general si interactúan con otras debilidades del entorno o del rol.

Perfilamiento del ocupante del cargo

Este perfilamiento está basado en el modelo de personalidad Big Five, reconocido globalmente por su solidez científica y su capacidad para predecir el desempeño en distintos entornos laborales. La evaluación se realiza considerando 10 rasgos que componen los cinco factores principales de la personalidad: Apertura, Responsabilidad, Amabilidad, Extraversión y Neuroticismo.

La apertura en 10 rasgos permite una mayor precisión y profundidad en la definición de los requisitos intelectuales, conductuales y emocionales del ocupante del cargo, al capturar matices como el estilo de pensamiento, la forma de relacionarse, la organización personal o la respuesta ante la presión. Además, facilita distinguir cuáles rasgos son más estables y cuáles presentan mayor maleabilidad, lo que resulta clave tanto para la selección como para el desarrollo y la gestión del talento.

Los requisitos del perfil se organizan en torno a cuatro niveles de relevancia para el cargo: rasgos clave, complementarios, acotados y no relevantes. Un rasgo clave es esencial para el éxito en el cargo y determina la capacidad del ocupante para cumplir con las exigencias del rol; su intensidad requerida será Media, Media-Alta o Alta. Un rasgo complementario no es estrictamente necesario, pero potencia el desempeño en ciertas situaciones del rol. Un rasgo acotado puede estar presente, pero controlado, ya que niveles altos podrían generar desalineación con el cargo. Por último, un rasgo no relevante tiene bajo o nulo impacto en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar indirectamente ciertas conductas básicas de funcionamiento laboral, por lo que no deben ser descartados sin análisis contextual.

Ajuste a la cultura organizacional

La cultura organizacional se estructura en torno al rendimiento visible, la ambición profesional y la orientación a resultados medibles. El entorno de trabajo es dinámico, con espacios para la iniciativa personal y la innovación dentro de márgenes normativos definidos. Los liderazgos combinan exigencia con capacidad de respuesta estratégica, promoviendo estructuras de reconocimiento competitivo y mejora continua. Las relaciones laborales se articulan en función del cumplimiento de objetivos, con colaboración táctica, retroalimentación permanente y alta velocidad en la toma de decisiones.

Esta organización prioriza la proyección profesional y el desempeño individual por sobre la orientación a causas colectivas o misiones compartidas. Existe una fuerte disposición al cambio, la experimentación y la apertura a nuevos enfoques, con baja necesidad de previsibilidad estructural. El entorno combina de forma equilibrada la exigencia normativa con la búsqueda de condiciones de trabajo que generen compromiso sostenido. En el plano relacional, se privilegia el sentido de pertenencia y la integración al colectivo más que la expresión individual sin filtro. Este patrón configura un entorno propicio para personas ambiciosas, versátiles y comprometidas con el crecimiento, capaces de liderar desde la acción concreta, adaptarse con agilidad y fortalecer vínculos funcionales en contextos exigentes.

Para caracterizar al individuo que encarna esta cultura, se emplea el marco de los valores de Schwartz, un conjunto de principios universales que reflejan aquello que una persona valora, privilegia y considera importante al tomar decisiones y relacionarse en el trabajo. Precisar el nivel de cada valor permite traducir la dinámica cultural descrita en pautas de comportamiento concretas, desde la visión organizacional hasta el perfil personal que la representa.

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