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Descriptor de cargo: Director Comercial Regional

Propósito

Asegurar el cumplimiento de los objetivos comerciales en su territorio a través del diseño y ejecución de estrategias regionales, la gestión de relaciones clave y la articulación efectiva con los equipos locales.

Descripción general

El cargo de Director Comercial Regional se sitúa en el nivel de cargo Director Senior, corresponde a un gestor de equipos, es considerado crítico para el negocio, y pertenece a la función de Comercialización y Ventas, clasificada como una función clave. Reporta directamente a la Gerencia General.

Este cargo tiene la máxima responsabilidad sobre la estrategia comercial en su región, lo que implica un alto grado de autonomía y toma de decisiones. Lidera equipos multidisciplinarios en distintas localidades, define prioridades de mercado y coordina con otras áreas funcionales para garantizar una ejecución alineada con los lineamientos estratégicos de la compañía.

Requiere una combinación de visión estratégica, habilidades de liderazgo e influencia, y una profunda comprensión del entorno competitivo regional. Es clave su capacidad de anticipar cambios en el mercado y adaptar las estrategias de manera ágil y efectiva.

Complejidad e impacto

Profundidad de conocimiento

Conocimiento funcional: Requiere dominio avanzado en estrategia comercial, gestión de equipos de ventas, planificación de territorios, desarrollo de negocios y análisis competitivo. Este conocimiento le permite diseñar e implementar planes regionales que maximizan ingresos, rentabilidad y participación de mercado. También incluye habilidades en negociación, inteligencia de clientes y manejo de canales, adaptando las estrategias a contextos locales sin perder alineación con los objetivos corporativos.

Conocimiento del negocio: Comprende profundamente los mercados en los que opera la organización, incluyendo regulaciones locales, dinámicas de competencia, comportamiento del consumidor y variables macroeconómicas que influyen en la demanda. Este conocimiento le permite anticipar riesgos, identificar oportunidades y definir posicionamientos diferenciadores. También articula su gestión con funciones como marketing, logística y finanzas para garantizar el éxito comercial en cada país bajo su responsabilidad.

Desafío

Resolución de problemas: Resuelve desafíos estratégicos y abiertos relacionados con crecimiento regional, reestructuración comercial, apertura de nuevos mercados y adaptación de portafolios. Su trabajo requiere evaluar múltiples variables políticas, económicas y culturales, gestionando incertidumbre y riesgo. Además, debe priorizar decisiones que optimicen el uso de recursos y potencien el impacto de las estrategias implementadas, contribuyendo directamente a la expansión y sostenibilidad del negocio en la región.

Liderazgo: Ejecuta liderazgo de alto nivel sobre equipos multiculturales y distribuidos, combinando influencia directa con coordinación transversal. Establece metas desafiantes, orienta con claridad la estrategia y genera compromiso con los resultados. También detecta brechas de desempeño, desarrolla capacidades locales y promueve una cultura comercial orientada al cliente y la excelencia. Su liderazgo transforma la gestión comercial y fortalece la cohesión entre países y unidades de negocio.

Comunicación: Requiere habilidades comunicacionales avanzadas para influir en distintos niveles de la organización y con actores externos. Comunica con claridad la visión y los lineamientos estratégicos a sus equipos regionales, adapta el discurso según la audiencia y establece relaciones de confianza con clientes clave, autoridades locales y aliados comerciales. También representa a la compañía en espacios de alto nivel, reforzando su posicionamiento institucional y reputacional.

Influencia

Autonomía: Opera con un alto grado de autonomía estratégica. Define prioridades, adapta iniciativas comerciales y asigna recursos sin necesidad de validación permanente, siempre dentro del marco general corporativo. Su independencia es clave para responder ágilmente a los desafíos del mercado, liderar transformaciones en la estructura de ventas regionales y tomar decisiones con impacto directo en los resultados financieros de la compañía.

Forma del impacto: Influye directamente en la rentabilidad, posicionamiento y crecimiento comercial de la organización en su región. Su impacto se materializa a través de decisiones que afectan la ejecución de estrategias de ventas, penetración de mercado, apertura de nuevas líneas de negocio y consolidación de relaciones con clientes estratégicos. Además, incide en la evolución del modelo comercial y en la madurez de las capacidades del equipo regional.

Alcance del impacto: El impacto del rol abarca la totalidad de la operación comercial en su región, incluyendo equipos locales, procesos de ventas, planificación estratégica y relaciones con clientes clave. También influye en decisiones corporativas mediante su participación en comités de dirección, siendo un referente para el desarrollo comercial de nuevos mercados.

Responsabilidades

Actividades operativas (0%)

No aplica para este cargo.

Actividades tácticas (0%)

No aplica para este cargo.

Actividades estratégicas (100%)

Requisitos

Formación y experiencia

Conocimientos

Conocimientos clave:

Conocimientos deseables:

Capacidades personales

Competencias

Competencias clave:

Competencias deseables:

Otros

Interacciones

El Director Comercial Regional mantiene vínculos internos frecuentes con el Gerente General, Gerencias de Marketing, Finanzas y Operaciones para coordinar estrategias comerciales, alinear presupuestos y tomar decisiones conjuntas. A nivel externo, se relaciona con clientes estratégicos, socios comerciales y entidades gremiales o regulatorias, para negociar acuerdos clave, representar institucionalmente y alinear iniciativas con los objetivos del negocio.

Evaluación de desempeño

Criterios de evaluación

Ejemplos de indicadores medibles

Información laboral & administrativa

Guía de preguntas y respuestas

Para este cargo se propone una entrevista basada en logros. El candidato deberá presentar entre 3 y 5 logros relevantes, describiendo la complejidad del problema enfrentado, los desafíos de liderazgo y comunicación, el grado de autonomía con que actuó y el impacto generado en la organización.

Descripción de logros

1. Complejidad del problema:

Grado de dificultad, ambigüedad o novedad del problema enfrentado, considerando múltiples variables e impactos organizacionales.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo evaluó opciones estratégicas ante una baja sostenida en ventas regionales, integrando análisis de mercado, comportamiento del consumidor y proyecciones para rediseñar la estrategia de crecimiento.

2. Desafío de liderazgo:

Nivel de influencia, coordinación y movilización de personas o equipos requeridos para avanzar hacia una solución efectiva.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo estableció objetivos para oficinas locales, supervisó campañas comerciales y optimizó estructuras, asegurando la ejecución de metas mediante coordinación táctica y dirección regional.

3. Desafío de comunicación:

Esfuerzo necesario para alinear intereses, persuadir actores clave y facilitar decisiones en contextos diversos o con información sensible.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo lideró negociaciones con unidades internas o equipos regionales, armonizando criterios y resolviendo tensiones para implementar planes de marketing o ventas integradas.

4. Grado de autonomía:

Nivel de independencia en el análisis, decisión y ejecución, sin necesidad de supervisión directa o validaciones jerárquicas constantes.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo redefinió estrategias regionales de ventas sin instrucción directa, alineando recursos y tomando decisiones que marcaron el rumbo comercial en varios territorios.

5. Impacto organizacional:

Manera en que la acción realizada transformó estructuras, procesos o decisiones, modificando el funcionamiento o dirección de la organización.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo su gestión fortaleció la eficiencia de unidades locales, mejoró rentabilidad regional o contribuyó al posicionamiento sostenido de la marca en múltiples mercados.

Demanda cognitiva del cargo

Este análisis se basa en la aplicación estructurada de modelos científicos reconocidos en psicología cognitiva, especialmente el modelo CHC (Cattell–Horn–Carroll), que clasifica las capacidades mentales en seis dominios estables y medibles para describir la demanda cognitiva del trabajo: Inteligencia Fluida (Gf), Inteligencia Cristalizada (Gc), Memoria de Trabajo (Gwm), Velocidad de Procesamiento (Gs), Capacidad Visoespacial (Gv) y Memoria a Largo Plazo y Recuperación (Glr).

Estas capacidades permiten describir con precisión los procesos mentales que requiere el ocupante de un cargo para enfrentar distintos tipos de desafíos intelectuales que demanda el rol, desde la resolución de problemas inéditos hasta la retención eficiente de información, el análisis verbal complejo o la integración de aprendizajes previos.

Las demandas cognitivas se organizan en tres niveles de relevancia para el cargo: capacidades clave, complementarias y no relevantes. Una capacidad clave es esencial para cumplir con las exigencias cognitivas del rol; su nivel requerido será Medio, Medio-alto o Alto, en función del grado de desafío identificado. Una capacidad complementaria no es imprescindible, pero puede potenciar el desempeño en ciertos contextos laborales o tareas específicas, y niveles bajos podrían representar una limitación bajo presión o carga elevada. Por último, una capacidad no relevante tiene bajo o nulo impacto directo en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar el funcionamiento general si interactúan con otras debilidades del entorno o del rol.

Perfilamiento del ocupante del cargo

Este perfilamiento está basado en el modelo de personalidad Big Five, reconocido globalmente por su solidez científica y su capacidad para predecir el desempeño en distintos entornos laborales. La evaluación se realiza considerando 10 rasgos que componen los cinco factores principales de la personalidad: Apertura, Responsabilidad, Amabilidad, Extraversión y Neuroticismo.

La apertura en 10 rasgos permite una mayor precisión y profundidad en la definición de los requisitos intelectuales, conductuales y emocionales del ocupante del cargo, al capturar matices como el estilo de pensamiento, la forma de relacionarse, la organización personal o la respuesta ante la presión. Además, facilita distinguir cuáles rasgos son más estables y cuáles presentan mayor maleabilidad, lo que resulta clave tanto para la selección como para el desarrollo y la gestión del talento.

Los requisitos del perfil se organizan en torno a cuatro niveles de relevancia para el cargo: rasgos clave, complementarios, acotados y no relevantes. Un rasgo clave es esencial para el éxito en el cargo y determina la capacidad del ocupante para cumplir con las exigencias del rol; su intensidad requerida será Media, Media-Alta o Alta. Un rasgo complementario no es estrictamente necesario, pero potencia el desempeño en ciertas situaciones del rol. Un rasgo acotado puede estar presente, pero controlado, ya que niveles altos podrían generar desalineación con el cargo. Por último, un rasgo no relevante tiene bajo o nulo impacto en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar indirectamente ciertas conductas básicas de funcionamiento laboral, por lo que no deben ser descartados sin análisis contextual.

Ajuste a la cultura organizacional

La cultura organizacional promueve un entorno relacionalmente cálido, con énfasis en el servicio, la empatía y la capacidad de respuesta a necesidades cambiantes. El trabajo se desarrolla en contextos donde la interacción constante y la disposición para generar experiencias positivas son fundamentales. Los liderazgos se caracterizan por su cercanía y orientación al acompañamiento, y las relaciones laborales se sostienen en la colaboración práctica y el compromiso interpersonal. La estructura es moderada, permitiendo margen para la espontaneidad dentro de marcos operativos definidos, y se valora especialmente la actitud atenta, amable y adaptable.

Esta organización mantiene un equilibrio entre la orientación a metas colectivas y la búsqueda de reconocimiento individual, sin que una motivación prevalezca claramente. La necesidad de estabilidad y apertura al cambio también coexisten, generando un entorno flexible pero estructurado, con capacidad de adaptación sin perder el orden básico. Existe una marcada preferencia por generar condiciones laborales estimulantes, donde el entusiasmo, el bienestar emocional y la vivencia positiva del trabajo son aspectos valorados. En el plano relacional, se equilibra la expresión personal con la integración al equipo, permitiendo una interacción genuina sin exigir uniformidad. Este patrón cultural favorece a personas empáticas, activas y versátiles, con capacidad de conectar emocionalmente y ofrecer experiencias significativas a través del vínculo.

Para caracterizar al individuo que encarna esta cultura, se emplea el marco de los valores de Schwartz, un conjunto de principios universales que reflejan aquello que una persona valora, privilegia y considera importante al tomar decisiones y relacionarse en el trabajo. Precisar el nivel de cada valor permite traducir la dinámica cultural descrita en pautas de comportamiento concretas, desde la visión organizacional hasta el perfil personal que la representa.

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