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Descriptor de cargo: Chief Technology Officer (CTO)

Propósito

El Chief Technology Officer (CTO) tiene como propósito liderar la estrategia tecnológica de la empresa, garantizando que las soluciones digitales, arquitecturas y herramientas soporten los objetivos estratégicos del negocio. Supervisa equipos técnicos, promueve la innovación, asegura la escalabilidad y representa la visión tecnológica de la compañía.

Descripción general

El Chief Technology Officer (CTO) es un Gerente Senior, con rol de gestor de equipos, y corresponde a un cargo crítico. Pertenece a la función de Dirección de Tecnología e Innovación, clasificada como función clave del negocio. Reporta directamente al CEO, quien a su vez reporta al Directorio.

Sus responsabilidades se distribuyen en un 80% de actividades estratégicas y 20% de actividades tácticas. Lidera el diseño de la estrategia tecnológica, supervisa equipos de desarrollo e infraestructura, impulsa la innovación y asegura la robustez, seguridad y eficiencia de los sistemas corporativos.

Su impacto es estratégico, transversal y sostenido. Influye en la competitividad del negocio, la innovación continua, la seguridad de los datos, la experiencia del cliente y la eficiencia operativa general.

Complejidad e impacto

Profundidad de conocimiento

Conocimiento funcional: El cargo de Chief Technology Officer requiere un dominio avanzado en arquitectura de sistemas, ciberseguridad, desarrollo de software, infraestructura en la nube y metodologías ágiles. Este conocimiento técnico permite definir estándares tecnológicos, liderar decisiones estratégicas de escalabilidad y asegurar la evolución digital de la organización, integrando seguridad, eficiencia operativa e innovación continua como parte estructural de las plataformas tecnológicas.

Conocimiento del negocio: El Chief Technology Officer debe comprender cómo las decisiones tecnológicas influyen en la estrategia del negocio. Esto implica alinear las soluciones digitales con la propuesta de valor, anticipar tendencias del mercado y traducir necesidades comerciales en prioridades tecnológicas. Su entendimiento del modelo de negocio permite diseñar plataformas que habiliten ventajas competitivas y sostengan el crecimiento corporativo en un entorno altamente dinámico.

Desafío

Resolución de problemas: El Chief Technology Officer enfrenta desafíos complejos vinculados a la escalabilidad, disponibilidad, arquitectura, ciberseguridad y transformación digital. Su rol exige combinar visión estratégica, dominio técnico y capacidad de priorizar soluciones eficientes ante escenarios inciertos. Esta capacidad es fundamental para liderar procesos de cambio tecnológico, resolver cuellos de botella críticos y asegurar continuidad operativa con visión de largo plazo.

Liderazgo: El Chief Technology Officer lidera equipos técnicos y estratégicos multidisciplinarios, promoviendo una cultura de innovación, colaboración y mejora continua. Desarrolla estructuras organizativas robustas, impulsa el crecimiento del talento interno y representa al área en espacios de toma de decisiones ejecutivas. Su liderazgo define el tono cultural y operacional de toda la función tecnológica de la organización.

Comunicación: El Chief Technology Officer debe comunicar ideas técnicas complejas con claridad y precisión ante audiencias no especializadas. Tiene la responsabilidad de traducir requerimientos del negocio en soluciones tecnológicas y articular su impacto estratégico ante comités ejecutivos. Este rasgo es esencial para generar confianza, influir en la agenda corporativa y alinear prioridades entre tecnología y negocio.

Influencia

Autonomía: El Chief Technology Officer opera con alto grado de autonomía en la definición de la arquitectura tecnológica, políticas de gobernanza y prioridades estratégicas del área. Su independencia le permite tomar decisiones clave con impacto transversal, dentro del marco corporativo general, gestionando riesgos tecnológicos y oportunidades de innovación con criterio propio y visión de largo plazo.

Forma del impacto: El impacto del Chief Technology Officer se concreta mediante la implementación de soluciones tecnológicas que transforman el negocio. Desde plataformas digitales hasta sistemas críticos, sus decisiones habilitan nuevas capacidades estratégicas, mejoran la eficiencia operativa y elevan la experiencia del cliente. Su aporte es clave en la ejecución de la visión corporativa a través de la tecnología.

Alcance del impacto: El alcance del Chief Technology Officer abarca toda la organización. Afecta procesos internos, productos digitales, ciberseguridad, servicios tecnológicos y experiencia de cliente. Su influencia se extiende a todas las áreas funcionales, impulsando sinergias entre tecnología y negocio. Sus decisiones estructuran el ecosistema digital corporativo y definen la base tecnológica que sostiene el crecimiento y la competitividad organizacional.

Responsabilidades

Actividades operativas (0%)

No aplica para este cargo.

Actividades tácticas (20%)

Actividades estratégicas (80%)

Requisitos

Formación y experiencia

Conocimientos

Conocimientos clave:

Conocimientos deseables:

Capacidades personales

Competencias

Competencias clave:

Competencias deseables:

Otros

Interacciones

El CTO mantiene relación directa con el CEO, gerencias de productos, operaciones, marketing y experiencia de cliente. A nivel externo interactúa con proveedores de tecnología, socios estratégicos, consultores y expertos de la industria. Su rol requiere una articulación efectiva con todas las áreas del negocio para garantizar la ejecución de iniciativas estratégicas y operativas basadas en tecnología.

Evaluación de desempeño

Criterios de evaluación

Ejemplos de indicadores medibles

Información laboral & administrativa

Guía de preguntas y respuestas

Para este cargo se propone una entrevista basada en logros. El candidato deberá presentar entre 3 y 5 logros relevantes, describiendo la complejidad del problema enfrentado, los desafíos de liderazgo y comunicación, el grado de autonomía con que actuó y el impacto generado en la organización.

Descripción de logros

1. Complejidad del problema:

Grado de dificultad, ambigüedad o novedad del problema enfrentado, considerando múltiples variables e impactos organizacionales.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo enfrentó una decisión tecnológica sin precedentes, evaluando múltiples arquitecturas o proveedores, considerando criterios de escalabilidad, seguridad y costo, y proponiendo una solución robusta y alineada al negocio.

2. Desafío de liderazgo:

Nivel de influencia, coordinación y movilización de personas o equipos requeridos para avanzar hacia una solución efectiva.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo estructuró y lideró equipos de desarrollo y seguridad, gestionando presupuestos de TI independientes y diseñando planes de crecimiento técnico a mediano plazo.

3. Desafío de comunicación:

Esfuerzo necesario para alinear intereses, persuadir actores clave y facilitar decisiones en contextos diversos o con información sensible.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo negoció con stakeholders internos sobre prioridades tecnológicas, defendiendo visiones técnicas complejas con lenguaje claro y ganando apoyo para inversiones clave o cambios estructurales.

4. Grado de autonomía:

Nivel de independencia en el análisis, decisión y ejecución, sin necesidad de supervisión directa o validaciones jerárquicas constantes.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo tomó decisiones estratégicas sobre stack tecnológico, infraestructura o ciberseguridad con total autonomía, anticipando riesgos y gestionando sus implicancias organizacionales.

5. Impacto organizacional:

Manera en que la acción realizada transformó estructuras, procesos o decisiones, modificando el funcionamiento o dirección de la organización.

Qué se espera:

El candidato debería describir cómo sus decisiones tecnológicas incidieron directamente en la capacidad de escalar productos, en la eficiencia operativa o en la propuesta de valor frente a clientes y socios.

Demanda cognitiva del cargo

Este análisis se basa en la aplicación estructurada de modelos científicos reconocidos en psicología cognitiva, especialmente el modelo CHC (Cattell–Horn–Carroll), que clasifica las capacidades mentales en seis dominios estables y medibles para describir la demanda cognitiva del trabajo: Inteligencia Fluida (Gf), Inteligencia Cristalizada (Gc), Memoria de Trabajo (Gwm), Velocidad de Procesamiento (Gs), Capacidad Visoespacial (Gv) y Memoria a Largo Plazo y Recuperación (Glr).

Estas capacidades permiten describir con precisión los procesos mentales que requiere el ocupante de un cargo para enfrentar distintos tipos de desafíos intelectuales que demanda el rol, desde la resolución de problemas inéditos hasta la retención eficiente de información, el análisis verbal complejo o la integración de aprendizajes previos.

Las demandas cognitivas se organizan en tres niveles de relevancia para el cargo: capacidades clave, complementarias y no relevantes. Una capacidad clave es esencial para cumplir con las exigencias cognitivas del rol; su nivel requerido será Medio, Medio-alto o Alto, en función del grado de desafío identificado. Una capacidad complementaria no es imprescindible, pero puede potenciar el desempeño en ciertos contextos laborales o tareas específicas, y niveles bajos podrían representar una limitación bajo presión o carga elevada. Por último, una capacidad no relevante tiene bajo o nulo impacto directo en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar el funcionamiento general si interactúan con otras debilidades del entorno o del rol.

Perfilamiento del ocupante del cargo

Este perfilamiento está basado en el modelo de personalidad Big Five, reconocido globalmente por su solidez científica y su capacidad para predecir el desempeño en distintos entornos laborales. La evaluación se realiza considerando 10 rasgos que componen los cinco factores principales de la personalidad: Apertura, Responsabilidad, Amabilidad, Extraversión y Neuroticismo.

La apertura en 10 rasgos permite una mayor precisión y profundidad en la definición de los requisitos intelectuales, conductuales y emocionales del ocupante del cargo, al capturar matices como el estilo de pensamiento, la forma de relacionarse, la organización personal o la respuesta ante la presión. Además, facilita distinguir cuáles rasgos son más estables y cuáles presentan mayor maleabilidad, lo que resulta clave tanto para la selección como para el desarrollo y la gestión del talento.

Los requisitos del perfil se organizan en torno a cuatro niveles de relevancia para el cargo: rasgos clave, complementarios, acotados y no relevantes. Un rasgo clave es esencial para el éxito en el cargo y determina la capacidad del ocupante para cumplir con las exigencias del rol; su intensidad requerida será Media, Media-Alta o Alta. Un rasgo complementario no es estrictamente necesario, pero potencia el desempeño en ciertas situaciones del rol. Un rasgo acotado puede estar presente, pero controlado, ya que niveles altos podrían generar desalineación con el cargo. Por último, un rasgo no relevante tiene bajo o nulo impacto en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar indirectamente ciertas conductas básicas de funcionamiento laboral, por lo que no deben ser descartados sin análisis contextual.

Ajuste a la cultura organizacional

La cultura organizacional promueve un entorno ágil, dinámico y orientado al cambio continuo. El trabajo cotidiano se caracteriza por la autonomía, la experimentación y la disposición a desafiar lo establecido. Los vínculos laborales tienden a ser flexibles, con liderazgos que inspiran desde la visión y el ejemplo más que desde estructuras jerárquicas. Se valoran la creatividad, el aprendizaje constante y la capacidad de adaptación a nuevos escenarios. Las interacciones internas se configuran como espacios de co-construcción, donde se espera que las personas aporten ideas disruptivas, se involucren activamente en procesos de transformación y operen con una mentalidad abierta, resiliente y orientada a la mejora permanente.

Esta organización mantiene un equilibrio entre la orientación a metas compartidas y el avance profesional individual, sin predominar una motivación sobre la otra. La búsqueda de novedades, la apertura a lo incierto y el cuestionamiento activo de lo establecido predominan claramente por sobre la necesidad de estabilidad o control. Existe una fuerte tendencia hacia entornos laboralmente estimulantes, donde se prioriza el entusiasmo, el reconocimiento y el bienestar cotidiano por sobre la adhesión a normas rígidas o procedimientos establecidos. Además, se valora la expresión personal auténtica, permitiendo una alta diversidad en los estilos de trabajo, más que la adaptación al colectivo o la búsqueda de integración social. Este patrón cultural favorece la incorporación de personas curiosas, creativas y autónomas, que se sientan cómodas en entornos cambiantes y con amplios márgenes para expresarse e innovar.

Para caracterizar al individuo que encarna esta cultura, se emplea el marco de los valores de Schwartz, un conjunto de principios universales que reflejan aquello que una persona valora, privilegia y considera importante al tomar decisiones y relacionarse en el trabajo. Precisar el nivel de cada valor permite traducir la dinámica cultural descrita en pautas de comportamiento concretas, desde la visión organizacional hasta el perfil personal que la representa.

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