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Descriptor de cargo: Capataz de Obra

Propósito

El Capataz de Obra tiene como propósito coordinar y supervisar en terreno las actividades de las cuadrillas, asegurando la correcta ejecución de los trabajos de construcción, el uso adecuado de materiales, y el cumplimiento de estándares técnicos y de seguridad. Su rol contribuye directamente a la continuidad operativa, calidad constructiva y seguridad de la obra.

Descripción general

El Capataz de Obra es un cargo del nivel Soporte Líder, con rol de contribuyente individual, y no corresponde a un cargo crítico. Pertenece a la función de Supervisión de Obra, clasificada como función clave del negocio. Reporta directamente al Ingeniero Residente de Obra, quien a su vez reporta al Gerente de Construcción.

Su tiempo se distribuye en un 80% de actividades operativas y un 20% de actividades tácticas. Entre sus funciones se encuentran la supervisión de cuadrillas, el control del uso de materiales, el aseguramiento del cumplimiento de normas de seguridad, y la colaboración en la planificación técnica semanal.

Su impacto se manifiesta en la ejecución precisa y eficiente de los trabajos constructivos. Afecta directamente la productividad, calidad y seguridad del equipo de trabajo, asegurando la continuidad operacional y el cumplimiento del programa de obra.

Complejidad e impacto

Profundidad de conocimiento

Conocimiento funcional: El Capataz de Obra debe poseer un conocimiento técnico sólido en procesos constructivos, incluyendo lectura de planos, técnicas de hormigón, armado de estructuras y uso de materiales. Además, debe dominar prácticas de seguridad en obra y manejo de equipos de trabajo, garantizando el cumplimiento de estándares de calidad y eficiencia en la ejecución de actividades operativas en terreno.

Conocimiento del negocio: Este cargo requiere comprender los objetivos productivos del proyecto de construcción y el impacto que tienen los avances de obra en el cumplimiento de los plazos generales. También debe considerar las restricciones presupuestarias, la coordinación con otras especialidades de obra y el cumplimiento normativo vigente, asegurando la correcta ejecución en el contexto global de la empresa constructora.

Desafío

Resolución de problemas: El Capataz de Obra enfrenta problemas operativos complejos en tiempo real, como descoordinaciones entre cuadrillas, fallas en suministro de materiales o condiciones climáticas adversas. Debe resolverlos de forma autónoma y rápida, proponiendo soluciones prácticas que aseguren la continuidad de los trabajos, sin comprometer la seguridad ni los estándares de calidad establecidos para la obra.

Liderazgo: Aunque no tiene personal formalmente a su cargo, el Capataz de Obra lidera el trabajo diario de las cuadrillas, ejerciendo influencia directa sobre la ejecución, la disciplina y el cumplimiento de normas. Coordina con maestros y subcontratos, da instrucciones claras y es responsable de motivar al equipo, manteniendo un ambiente de trabajo colaborativo, eficiente y enfocado en los objetivos.

Comunicación: Este cargo requiere habilidades de comunicación claras y directas, tanto para dar instrucciones precisas a los trabajadores como para reportar avances, problemas o desvíos al Ingeniero Residente. La comunicación con proveedores, subcontratos y prevencionistas debe ser oportuna, asegurando que la información fluya correctamente para mantener la continuidad y seguridad de las operaciones en obra.

Influencia

Autonomía: El Capataz de Obra trabaja con alto nivel de autonomía operacional. Si bien reporta al Ingeniero Residente, toma decisiones en terreno relacionadas con la asignación de tareas, ajustes diarios en función del avance y medidas de contingencia. Su rol implica interpretar los lineamientos generales y adaptarlos a la realidad del día a día sin requerir supervisión constante.

Forma del impacto: El impacto del cargo es directo sobre la calidad, seguridad y avance de la obra. Su supervisión asegura el cumplimiento de los procedimientos constructivos, el uso correcto de equipos de protección personal y la ejecución eficiente de los trabajos. Las decisiones que toma en terreno afectan la productividad diaria y la prevención de errores que podrían generar reprocesos o accidentes.

Alcance del impacto: Su alcance de impacto se extiende a los equipos operativos de la obra, afectando el desempeño de cuadrillas propias y subcontratadas. También influye en el cumplimiento de hitos constructivos y la correcta interacción con otras áreas técnicas en terreno. Su desempeño impacta en la reputación de la empresa frente al mandante por su rol visible en la ejecución diaria.

Responsabilidades

Actividades operativas (80%)

Actividades tácticas (20%)

Actividades estratégicas (0%)

No aplica para este cargo.

Requisitos

Formación y experiencia

Conocimientos

Conocimientos clave:

Conocimientos deseables:

Capacidades personales

Competencias

Competencias clave:

Competencias deseables:

Otros

Interacciones

El Capataz de Obra mantiene interacción permanente con su cuadrilla, técnicos en terreno, prevención de riesgos, bodeguero y el Ingeniero Residente. Estas interacciones tienen como objetivo coordinar tareas, resolver problemas, asegurar recursos y reportar avances o desviaciones del plan de trabajo.

Evaluación de desempeño

Criterios de evaluación

Ejemplos de indicadores medibles

Información laboral & administrativa

Guía de preguntas y respuestas

Para este cargo se propone una entrevista basada en competencias. A continuación, se presentan las preguntas sugeridas para cada competencia identificada, junto con las expectativas de respuesta alineadas con los requerimientos del rol.

Competencias clave

Competencias deseables

Demanda cognitiva del cargo

Este análisis se basa en la aplicación estructurada de modelos científicos reconocidos en psicología cognitiva, especialmente el modelo CHC (Cattell–Horn–Carroll), que clasifica las capacidades mentales en seis dominios estables y medibles para describir la demanda cognitiva del trabajo: Inteligencia Fluida (Gf), Inteligencia Cristalizada (Gc), Memoria de Trabajo (Gwm), Velocidad de Procesamiento (Gs), Capacidad Visoespacial (Gv) y Memoria a Largo Plazo y Recuperación (Glr).

Estas capacidades permiten describir con precisión los procesos mentales que requiere el ocupante de un cargo para enfrentar distintos tipos de desafíos intelectuales que demanda el rol, desde la resolución de problemas inéditos hasta la retención eficiente de información, el análisis verbal complejo o la integración de aprendizajes previos.

Las demandas cognitivas se organizan en tres niveles de relevancia para el cargo: capacidades clave, complementarias y no relevantes. Una capacidad clave es esencial para cumplir con las exigencias cognitivas del rol; su nivel requerido será Medio, Medio-alto o Alto, en función del grado de desafío identificado. Una capacidad complementaria no es imprescindible, pero puede potenciar el desempeño en ciertos contextos laborales o tareas específicas, y niveles bajos podrían representar una limitación bajo presión o carga elevada. Por último, una capacidad no relevante tiene bajo o nulo impacto directo en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar el funcionamiento general si interactúan con otras debilidades del entorno o del rol.

Perfilamiento del ocupante del cargo

Este perfilamiento está basado en el modelo de personalidad Big Five, reconocido globalmente por su solidez científica y su capacidad para predecir el desempeño en distintos entornos laborales. La evaluación se realiza considerando 10 rasgos que componen los cinco factores principales de la personalidad: Apertura, Responsabilidad, Amabilidad, Extraversión y Neuroticismo.

La apertura en 10 rasgos permite una mayor precisión y profundidad en la definición de los requisitos intelectuales, conductuales y emocionales del ocupante del cargo, al capturar matices como el estilo de pensamiento, la forma de relacionarse, la organización personal o la respuesta ante la presión. Además, facilita distinguir cuáles rasgos son más estables y cuáles presentan mayor maleabilidad, lo que resulta clave tanto para la selección como para el desarrollo y la gestión del talento.

Los requisitos del perfil se organizan en torno a cuatro niveles de relevancia para el cargo: rasgos clave, complementarios, acotados y no relevantes. Un rasgo clave es esencial para el éxito en el cargo y determina la capacidad del ocupante para cumplir con las exigencias del rol; su intensidad requerida será Media, Media-Alta o Alta. Un rasgo complementario no es estrictamente necesario, pero potencia el desempeño en ciertas situaciones del rol. Un rasgo acotado puede estar presente, pero controlado, ya que niveles altos podrían generar desalineación con el cargo. Por último, un rasgo no relevante tiene bajo o nulo impacto en el desempeño esperado, aunque niveles muy bajos podrían afectar indirectamente ciertas conductas básicas de funcionamiento laboral, por lo que no deben ser descartados sin análisis contextual.

Ajuste a la cultura organizacional

La cultura organizacional se orienta a la planificación rigurosa, el cumplimiento de plazos y la eficiencia en la ejecución. El trabajo se organiza en torno a estructuras jerárquicas claras, roles bien definidos y procesos estandarizados, donde el control operativo es prioritario. El liderazgo combina autoridad técnica con seguimiento detallado de tareas, y las relaciones laborales se centran en la coordinación funcional más que en el vínculo personal. Se espera disciplina, alineamiento con normas y capacidad de adaptación a condiciones de alta exigencia técnica y operativa.

El foco organizacional está centrado en el logro visible y la validación profesional, con escasa atención a propósitos colectivos o éticos trascendentes. La necesidad de estructura, previsibilidad y control domina ampliamente sobre cualquier impulso a la innovación o el cambio. Se mantiene un equilibrio entre generar condiciones laborales satisfactorias y cumplir con los marcos normativos, sin énfasis marcado en ninguna de estas dimensiones. En términos relacionales, se permite cierta expresión personal, sin que ello reemplace la importancia de la colaboración funcional y la integración estructural. Este patrón favorece la incorporación de personas comprometidas con la eficiencia operativa, disciplinadas y capaces de rendir en contextos exigentes donde la precisión y el cumplimiento son clave.

Para caracterizar al individuo que encarna esta cultura, se emplea el marco de los valores de Schwartz, un conjunto de principios universales que reflejan aquello que una persona valora, privilegia y considera importante al tomar decisiones y relacionarse en el trabajo. Precisar el nivel de cada valor permite traducir la dinámica cultural descrita en pautas de comportamiento concretas, desde la visión organizacional hasta el perfil personal que la representa.

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